De una invitación perversa a una crítica mordaz, el teatrista Carlos Castro afirma: El teatro Dominicano no está ni a nivel de oficio:
El teatro es un oficio que necesita mucho rigor y formación cosa que aquí no hay generalmente. Además, yo pienso que cada rama del arte y los artistas tienen el espacio que se ha ganado, y el espacio que nos hemos ganado es el espacio de la indiferencia. Porque los teatristas de este país somos muy vagos, se trabaja y se produce muy poco.A la pregunta "Tú solías escribir crítica de arte en algunos diarios de circulación nacional. ¿Por qué abandonaste esa labor?" formulada por el periodista Alejandro González, Carlos responde:
Pero por otro lado, aquí tenemos una tradición en la que los artistas trabajan más la imagen que la obra, muchos se preocupan más por salir en el periódico y en los medios que por la obra. En fin, el teatro en la República Dominicana no está ni en el nivel de oficio todavía. Entrevista fue publicada en el díario El Caribe (Domingo 4 de noviembre del 2007) a propósito de la próxima función de su espectáculo "Dramas cortos, cotidianos y perversos" en el Cinema Café.
La abandoné porque el crítico debe ser un aguafiestas y aquí si tú escribes de una obra lo que tú crees y piensas, la gente nos sólo se vuelve tu enemigo sino que te cierra la puerta y te sataniza. Estoy de acuerdo, cualquier crítica objetiva se toma como palabras de veneno. Esto debe ser por lo reducido del medio teatral; aquí hacen teatro un puñado de personas y ese puñado se ve a diario. Eso empezaron hacer algunos teatristas –a quienes yo les llamo la mafia boba del teatro-: a satanizarme y a tratar de cerrarme la puerta.
q chebrek lool
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