Sancho y don Quijote, caminando sobre zancos, hablaban frente a la multitud de niños que se congregaban junto a ellos, mientras un espectador que era menos casual de lo que se suponía debía le pedía a don Quijote que mostrase un retrato de la Dulcinea.
Don Quijote, airado, decía que no. Entonces su provocador argumentaba que no quería hacerlo porque debía tuerta, coja o "!!!!!!". Al final, de tanto decirse y contradecirse, don Quijote termina en el suelo y los pequeños riéndose de él.
Con humor, logrando que los niños y los jóvenes se identifiquen con el hidalgo, lo mejor de estas representaciones es que son variadas: siempre, aunque se trate del mismo tema, uno se sorprende al ver que lo que los actores hicieron hoy es distinto a lo de ayer.
Comentarios
Venga! = )
un beso. Qué bien les queda.
Rosy