Anoche fue el primero de los dos conciertos que Silvio Rodríguez ofrecerá en la sala Eduardo Brito, del Teatro Nacional Dominicano. No tenía pensado espectar el recital en la noche del sábado, pero el coincidir con amigos en la puerta del teatro me hizo cambiar de idea.
No puedo decir mucho, en realidad no tendría mucho que comentar ya que el concierto sucedió como se esperaba; calmado y con buen repertorio. "Fusil contra Fusil" "La era está Pariendo un Corazón" y el bellísimo gesto por parte de Silvio de cambiar las letras de "Citas con Ángeles" para ilustrar en ella a Francisco Caamaño Deñó.
Algo que sí puedo señalar como "poco agradable" fue la actitud de algunos presentes con el músico cubano y su repertorio. En los momentos de silencio, cuando Silvio terminaba una canción y se disponía a iniciar otra, algunos espectadores empezaron a hacerle solicitudes gritándole el nombre de la canción que deseaban oír.
En un principio esto se tomó como una simple expresión de un insistente melómano y su deseo de ser complacido. Pero una hora después, cuando ya el músico había dado mucho de sí y era injusto pedir más, la actitud por parte de algunos de esperar los segundos de silencio para gritar nombres de canciones ya no era bien vista (o escuchada). El recitalista se detuvo, pidió perdón porque no podría complacer a todo el mundo en una sola noche y continúo ejecutando su selección acompañado de un grupo de músicos y el trío "Trovarroco"
Sin duda una noche bellísima que duró trece canciones y nos puso recuerdos a flor de piel a más de uno.
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