ÖLELÉS en Casa de Teatro 25 y 26 octubre

Jochi Muñoz Victoria nos cuenta:

ÖLELÉS en Casa de Teatro 25 y 26 octubre, a las 8:00 pm. Gratis. Solicitar boletas en Casa de Teatro o en el Centro Cultural de España.

 

ÖLELÉS es la historia del reencuentro de dos amigos contada en movimientos. Jordi Cortés y Damián Muñoz recrearon en pasos de baile “El último encuentro”, la novela del escritor húngaro Sándor Márai. El escenario, como una enorme caja negra atravesada por halos de luz, baña los movimientos de dos hombres que se acarician y se repelen. Danzan y giran, describiendo figuras con un ramo de flores que finalmente despedazan.

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Uno viene hacia el otro en repetidas veces desde una silla lateral, al fondo, y se detiene en el centro dándole un beso en la mejilla. El otro se aparta un poco. Cada vez que vuelve, llega a depositar el beso con mayor violencia, hasta que trae una silla y aprisiona el otro entre sus patas contra el suelo.


“Matar puede ser cálido, bello, algo parecido a besar”. El sonido viene de una grabadora, que el amigo errante activa una y otra vez. “No hay dolor más grande que cuando se rompe la amistad”. Uno de los amigos se ha ido por el mundo, y el otro, le aguarda.
Márai nació en Hungría en 1900, y abandonó su país en 1948 tras la invasión soviética de las tropas de Stalin. Llegó a decir que no se sentía bien en compañía de nadie, ni hombre ni mujer, por mucho tiempo. Se suicidó en San Diego, en 1989, poco antes de la caída del Muro de Berlín. El Último Encuentro es considerada su obra maestra, rescatada hace apenas unos años de un olvido de medio siglo. “Uno siempre responde con su vida entera a las preguntas más importantes”, escribió.


“La historia es el último encuentro de dos amigos mayores que crecieron juntos. Por historias que les pasan se separan, y cuando ya están mayorcitos pues deciden quedar una noche a cenar y hablar de qué pasó durante estos años”, explica Damián Muñoz. Es por ello que la obra fue concebida para abordar “la amistad, pero también las cuentas que quedan pendientes: es como un lastre que vas arrastrando y que no acabas de solucionar y un día tienes que enfrentarte a eso”, agrega Jordi Cortéz.


Colgados de arnés describen figuras en solitario, o abrazados se balancean como un péndulo, pero sus movimientos más que un baile parecen una lucha. Uno trata en vano de zafarse del otro. Ese arnés fue incorporado a la escenografía para que los movimientos descritos sujetados a él simbolizasen los ejes de la vida de los seres humanos, según explicaron los bailarines, autores también de la coreografía.


“Mi personaje abandona su lugar de nacimiento y se va por el mundo, un poco desarraigado”, señala Damián Muñoz, “entonces, hay un texto que dice ‘el hombre tiene dos ejes en la vida, el vertical y el horizontal’. El horizontal es tu vida, día a día toda tu vida; y el vertical es lo que te une con tus antepasados, con tu tierra. Entonces, en los desarraigados, los que estamos viajando tanto tiempo, desaparece el eje vertical, sólo tienes el horizontal”.
“Estoy muda. Es un espectáculo excelente, como una obra de arte”, dijo la bailarina salvadoreña Eunice Payés. “Es un trabajo tan exquisito, tan bien logrado, a nivel de movimiento, a nivel de atmósfera, de interpretación, simbología, imágenes, toda una temática humana, los conflictos humanos puestos a un nivel tan artístico que lo hace realmente a uno reflexionar”.


En el espectáculo, estos ejes también están recreados a través de la luz: “Es una luz escenográfica, muy subrayada, escultórica”, indica Javi Ulla, responsable de la iluminación del espectáculo. “Echamos el humo para que los haces de luz se vean muchísimo más nítidos que en cualquier situación escénica habitual y las formas que se generan, generan vacíos en su interior, en los cuales se define el ámbito a bailar… Es también ese eje horizontal. Pero por otro lado hay también luces verticales, que en la suma generan todo un mundo de luz coherente encuadrado por la sustancia que echamos (humo)”.


ÖLELÉS ganó el Premio Ciudad de Barcelona al mejor espectáculo de danza 2004 y el premio a la mejor propuesta de danza de la Feria Internacional de Teatro y Danza de Huesca 2005.

¿Amor o amistad?

Las caricias entre dos hombres provocaron risas nerviosas en algunos espectadores. Algunos incluso se levantaron y se marcharon. Hubo quienes percibieron tensión sexual entre los personajes, que según la historia original eran solamente amigos.


Muñoz y Cortez aclararon que la historia que ellos presentaban, basada en el libro de Márai, era una relación de amistad, sin embargo aceptaron también esa interpretación: “Es cierto, entre dos amigos o entre dos amigas, sin que haya ningún tipo de relación sexual, siempre hay un componente homoerótico, porque hay mujeres que son amigas, se acuestan juntas sin que hayan relaciones sexuales, pero siempre hay un componente a veces muy erótico. Y entre los hombres creo que hay muchos que no tienen relaciones sexuales pero tienen una relación tan intensa como si fueran pareja, pero no se acuestan ni nada”.


Si bien los bailarines consideraron que en lugares como Europa la gente ya no se incomoda ante la posibilidad de una representación de una relación homosexual, sigue siendo poco común: “Este es un teatro, una historia entre dos hombres. Es difícil ser mujer, pero dos hombres, una historia de danza teatro pues daba de qué hablar”.


“Es una obra que sale de lo común, que tiene una escenografía sencillamente extraordinaria. Los movimientos con la música están muy bien integrados. Es un espectáculo digno de verse”, dijo el actor Antonio Lemus Simún.

cartas@elfaro.net
Publicada el 31 de julio - El Faro.net

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