Asì inicia la obra que al fin, con buen motivo, terminaré de escribir. Si existe en algún lugar un túnel de dos metros de alto, por dos metros de diámetro, seria usado para la representación del texto siguiente. Pero los actores no están limitados a estar sólo dentro de éste. El espacio de representación debe ser esférico. Encontraríamos allí dos cuerpos: una pareja abatida por el juego de amar. Que se palpan sobre la ceguera de la oscuridad. Lentamente todo se va esclareciendo, las figuras que antes eran ininteligibles; ahora son remplazada por imágenes perfectas de cuerpos en busca de intensidad. Una luz, lo bastante fuerte para irrumpir la pasión, se abre paso entre los dos. Un umbral se abre, los personajes se detienen ante él. COREL. Ayer soñé. UNIX. Tú no sueñas. Yo estuve sola. Me acosté con un Sol celoso a espaldas de una torre o montaña que alguna vez fue hombre. COREL. Soñé que salí y hablé con todos. Escuché y vi personas diferentes. Una mujer me acom
Blog sobre artes escénicas